Avicultura no formal crece en la provincia argentina de Río Negro

El Diario de Rionegro, en Bariloche, publicó un informe con los resultados de un reciente “relevamiento” realizado por una delegación del gubernamental Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).

El Diario de Rionegro, en Bariloche, publicó un informe con los resultados de un reciente “relevamiento” realizado por una delegación del gubernamental Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) -organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina- en el Valle Medio, región céntrica de la provincia del Río Negro. La investigación resaltó que estos emprendimientos, “en un elevado porcentaje corresponden al segmento de la agricultura familiar, que se maneja actualmente de manera informal, ya que no existen plantas o salas autorizadas para la faena en mayor escala. En la actualidad, en el Valle Medio existen 296 productores-emprendedores que cuentan con algún tipo de ave”.

Por especies avícolas aprovechadas en estos emprendimientos, sobresalen las gallinas ponedoras con 14,000 animales. También creció la producción de pavos, que en este caso suman cerca de 800. En total, se identificaron diez especies distintas de aves utilizadas en estas pequeñas unidades productivas, entre las cuales se encuentran además pollos parrilleros, pollos parrilleros de campo o criollos, faisanes, codornices, avestruces y gansos.

“Todos o casi todos tienen en su casa aves para consumo familia. Cuando sobran, se venden entre conocidos y vecinos”, explicó el rotativo, agregando que el reporte del Itna identificó tres escalas de producción en la región del Valle Medio: de autoconsumo, de autoconsumo y comercialización de excedentes, y de comercialización exclusiva. Esta última categoría comprende “productores cuyo objetivo es abastecer de huevos y gallinas parrilleros a los distintos canales de comercialización regional existentes, como es el caso de carnicerías y venta directa del producto”.

Con el apoyo técnico del Itna desde 2006, las familias productoras recurren a la cría de pollos como una forma de aumentar sus ingresos mediante una mínima inversión, “obteniendo un producto muy demandado en la zona, que se distingue del pollo criado de forma industrial. El precio de referencia del pollo casero hasta el mes pasado era de 40 pesos por kilo y el producto llega alcanzar entre los dos kilos y medio y los tres kilos. La diferencia nutricional es clave a la hora de diferenciar el producto casero del industrial”.

Por último, la publicación señaló que “de hecho, en la zona, desde hace tiempo han crecido los emprendimientos de alimentos balanceados e incluso productores que hacen su propio balanceado, de este modo se achican los costos y se obtiene un excelente producto de huevos y carnes de aves. A pesar de esto, una importante cantidad del balanceado sigue llegando de La Pampa o Buenos Aires (norte), lo que genera presión sobre los costos finales del producto.

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