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    Esto es para todos los que padecen el síndrome de la oficina helada

    Si tienes una manta debajo de tu escritorio y hace 21° C fuera, estamos para apoyarte.

    Si estás leyendo esto, tal vez seas uno de los millones de personas que padecen el síndrome de la oficina helada.

    Invierno, verano, otoño. Lo que sea. No importa. El aire acondicionado de tu oficina está puesto en -270° C todo el año.

    Tus días frente al escritorio se ven típicamente así:

    Aquellos que padecen el síndrome de la oficina helada se adaptan a menudo usando atuendos específicos hechos para climas árticos.

    Muchos de los que padecen el síndrome de la oficina helada tienen siempre una manta debajo del escritorio.

    Un método común para tener un alivio temporal consiste en soplarse aire caliente por las mangas de una sudadera con capucha.

    Si en verano, Dios no lo quiera, vas a la oficina en camiseta, estarás en peligro de muerte.

    Alguien puede sufrir rápidamente congelación o aun la muerte por exposición si viste una musculosa y se olvida de la chaqueta de punto.

    Aunque algunas oficinas tienen salas tibias, algunas oficinas heladas no tienen refugios a la vista, sino solo interminables pasillos y cubículos de tundra sombría.

    En verano, cuando los que padecen el síndrome van a almorzar, podrían sentir que aun los insoportables calores de verano son acogedores y tolerables.

    Esta es una simulación realista de las desdichadas almas a las que se les da por ponerse debajo de la salida del aire:

    Luego de varios meses o aun años de síndrome de la oficina helada, los padecientes podrían volverse casi inmunes al frío.

    El síntoma más común y pernicioso del SOH es tener la mano del ratón fría. Es cuando la mano que usas para el ratón de la computadora se pone superfría por estar expuesta todo el día.

    No caigas presa de las "curas milagrosas" de los bálsamos para el síndrome de la oficina helada. Ninguno te ayudará.

    No intentes contactar al gerente de la oficina. La resistencia es inútil. Es un asunto de todo el edificio, no sólo de tu oficina.

    En la actualidad, no existe cura para el síndrome de la oficina helada. Enfardarse es la única manera de tratar los síntomas.

    Abríguense bien, camaradas.