Maider IANTZI

Greenpeace recrea los efectos que tendría en Donostia el deshielo ártico

Una imagen elaborada por los fotógrafos Pedro Armestre y Mario Gómez muestra el aspecto que podría tener la playa de la Concha de Donostia en el año 2100 si no se frena el cambio climático y el Ártico desaparece. Forma parte del informe que presentó ayer Greenpeace coincidiendo con el Día Internacional de la Tierra. En él muestra la importancia que tiene el Ártico para todo el planeta y lo refleja tomando como ejemplo a cuatro ciudades costeras del Estado.

En su nuevo informe, titulado «España: hacia un clima extremo. Riesgos de no frenar el cambio climático y la destrucción del Ártico», Greenpeace ha querido dar un paso más y mostrar de manera visual algunos impactos del cambio climático si no se toman medidas a tiempo. Para ello, ha seleccionado como punto emblemático la playa de la Concha de Donostia, junto con Benidorm, Marbella y un viñedo del noreste peninsular, y ha proyectado fotográficamente cómo serían en 2100 si el Ártico desapareciera. Los tres primeros lugares aparecen inundados y arrasados por las olas, mientras que el viñedo está en proceso de desertificación.

Las imágenes visualizan los peores pronósticos de la comunidad científica. De momento son solo ficción. Tal y como afirma la responsable de la campaña «Salvar el Ártico es salvar mucho más» donde se enmarca el informe, Pilar Marcos, aún se pueden evitar. Por eso habla de fotografías que no deberían llegar a poder hacerse. Y reclama «acción política».

En esta línea, denunciaron que el pasado jueves Rusia suministrara por primera vez petróleo del Ártico desde la plataforma donde se iniciaron las detenciones a treinta miembros de Greenpeace a finales del año pasado. Creen que ahora la urgencia por proteger «la última frontera» es mayor dado que «la carrera por la destrucción del Ártico ya ha comenzado».

Un santuario para la zona

En el lado opuesto se sitúa Finlandia, el primer país de la región ártica en reclamar un santuario para la zona. A su vez, hace tan solo un mes, el Parlamento europeo aprobó una Resolución en el mismo sentido.

La organización ecologista se dirige al Ministerio español de Exteriores y de Medio Ambiente para pedirle un posicionamiento: si va de la mano de Finlandia y la UE o, por el contrario, se alía con países como Rusia.

En el informe se explica que las dos zonas polares del planeta tienen en común las condiciones climáticas extremas, pero su estatus legal es diferente. La Antártida tiene un régimen específico, el Sistema del Tratado Antártico, adoptado en 1959, con el fin de garantizar el uso de la zona exclusivamente con fines pacíficos. En cambio, el Ártico carece de tratado alguno y eso dificulta sobremanera su protección. Además, está situada en el territorio de las tradicionales grandes potencias (EEUU y Rusia).

En este contexto, Greenpeace propone en su estudio cuatro claves para lograr el apoyo político al santuario: crear presión para que sea un asunto internacional; cambiar la mentalidad en los grupos claves del Ártico; mostrar cómo el Consejo Ártico no logra defender el medio ambiente adecuadamente; y lograr cambios regulatorios para proteger aguas internacionales.

202 hectáreas en riesgo de inundación en Bizkaia

El informe de Greenpeace analiza los impactos del cambio climático y del deshielo del Ártico. Señala que el deshielo se está produciendo más rápido de lo que pronosticaba el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en 2007. En superficie se pierde casi un 14% por década y entre 2004 y 2008 se derritieron 1,54 millones de kilómetros cuadrados de hielo.

Entre las consecuencias generales más destacables, se mencionan los nuevos escenarios de riesgo por la subida de las temperaturas y los cambios en la humedad como la aparición de enfermedades infecciosas, el aumento del riesgo de incendios, el incremento del peligro de vivir en la costa y la necesidad de reforzar las defensas costeras. En este último escenario, se centra en el caso de la costa de Bizkaia. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha analizado los impactos de las crecidas extremas en esta zona, al margen de la subida del nivel del mar media que también acompaña al cambio climático, y los resultados pronostican que, durante la segunda mitad de este siglo, hasta 202 hectáreas de terreno se encontrarán en riesgo de inundación. De esta extensión, la mitad corresponde a terrenos urbanizados, tanto zonas industriales como residenciales. Esto implica triplicar la zona de riesgo a las subidas extremas del nivel del mar actuales. M.I.